La vejez de las mujeres
La escritora Susan Sontag escribía esta magnífica reflexión sobre la vejez de las mujeres «Los hombres maduran y las mujeres envejecen«.
Me gustaría que piense en algún actor mayor de Hollywood, podemos pensar en George Clooney o Antonio Banderas, por ejemplo. Muchas personas hablan de ellos y comentan lo bien que se conservan con los años, qué guapos son y qué parejas tan jóvenes y sexys tienen ahora con la madurez.
Ahora vamos a pensar en Madonna cuando presentó en sociedad a su nuevo novio, Ahlamalik Williams de 27 años. Fue ridiculizada en innumerables programas de televisión y artículos de prensa por amar a alguien mucho más joven que ella.

Los prejuicios hacia las mujeres maduras
¿Has notado cómo tus prejuicios machistas aprendidos culturalmente te han hecho clic en la mente? Yo los he notado porque a pesar de ser feminista todos somos víctimas de la educación patriarcal y, aunque conscientemente lucho contra el machismo impuesto, a veces tengo que pensar dos veces las cosas para darme cuenta de que los prejuicios y esquemas machistas también están influyendo en mi comportamiento, me están influenciando.
Las mujeres envejecen, no son maduritas interesantes con unas canitas preciosas, como les pasa a los hombres. No, para la sociedad patriarcal, las mujeres somos descuidadas si no usamos tinte para el pelo cuando comienzan a asomar las primeras muestras de madurez.
Pues bien, es hora de cambiar esas cosas. Como dice Anna Freixas en su libro «Yo, vieja» vamos a cambiar el modelo de vejez para hacer que esta etapa de la vida sea tan feliz y plena como cualquier otra. Siempre rompiendo los esquemas mentales machistas que tenemos que sufrir la mitad de la sociedad mundial, que somos las mujeres.
Una reflexión para las mujeres que llegan a la madurez
Si miramos el significado de la palabra vejez en la RAE encontramos unas definiciones negativas acerca del término: edad senil, achaques… ¿Qué es esto? No podemos seguir uniendo el paso de los años a algo decrépito y enfermo, sino que hay que amoldar esa etapa de la vida para que se pueda sobrellevar cualquier dolencia o problema, pero viviendo plenamente dentro de las necesidades y preferencias de cada persona. La clave está en adecuar a cada persona la vejez según sus intereses, sus gustos, sus posibilidades sin generalizar un modelo de vejez para todas. Si se diversifican las actividades diarias a los objetivos de cada persona madura o vieja no sentirán esa presión social que conlleva tener tantos años de vida.
Esos años son experiencias, son sabiduría que pueden enriquecer la vida de los demás miembros de la familia, del barrio o de la sociedad en general.

La muerte es una certeza absoluta que no podemos cambiar y que nos acompaña a lo largo de este viaje ¡Así que vamos a vivir este sueño que es estar vivos, sin importar los años que tengamos!